Darling Tennis

DARLING TENNIS CLUB
Su historia, su deporte y su gente

En el transcurso del año 1918, un grupo de 25 personas, miembros de familias tradicionales del barrio de La Boca, y aficionados a un deporte en ese momento poco difundido: el tenis, decidieron, con gran entusiasmo e indescriptible empeño, fundar un club para su práctica.

Así fue que, después de muchas negociaciones, lograron que la empresa “Las Catalinas”, les cediera en forma precaria una fracción de terreno, colaborando en tal sentido los señores Adolfo Orma, Carlos Lockward, Carlos J. Lailla, G. Webatac, Juan Mendieta, José Domínguez y Ángel Capurro – directores de la empresa citada y deportistas entusiastas – ubicada en la calle Almirante Brown, entre Dulce y Salada.

Comenzar de cero a construir un club de tenis, contando sólo con el predio prestado, era algo muy cercano a lo imposible. Este pequeño grupo de personas, encabezadas por Manuel J. Castagnola, Daniel Cazenave y Arquímedes P. Penco, no sólo pusieron todo su entusiasmo, sino que además trabajaron como simples obreros y aportaron dinero de su propio peculio.

Así, el 11 de abril de 1918, estos hombres fundan el Darling Tennis Club, bajo la presidencia de Juan G. Castagnola, acompañado por el señor Andrés Ossainak, en el cargo de vicepresidente, Rogelio Bianchi como secretario, y Lucas D. Vucassovich como tesorero. Es en ese momento en el que también deciden sobre los colores distintivos de la institución, eligiendo el azul, amarillo y granate, y el escudo de fondo, azul con letras granates y redondel amarillo. Elaboran, además, los primeros estatutos y reglamentos que, unánimemente, son aprobados por la Comisión Directiva.

Como señala el ex presidente de la institución, el Doctor Juan José Fornasari, en su Prólogo al trabajo extraordinario realizado por el también ex presidente Juan Manuel Stagnaro, con documentación de Vicente Berrutti, y colaboración de Luis Pistoia: “Contemporánea a otras asociaciones, como la Unión de la Boca y la mutual Giussepe Verdi, el Darling Tennis Club se instaló en los terrenos que hoy ocupa el Hospital Cosme Argerich. Imbuidos en el espíritu generoso de la época, sus fundadores, haciéndose cargo de la inquietud de una serie de vecinos y amigos, decidieron organizar esta Institución y dedicarla a la práctica social del tenis. Se constituyó jurídicamente como una Asociación Civil sin fines de lucro, como tantos otros clubes. Ello permitió que ocurriera un milagro que permanece hasta nuestros días, debido especialmente a un hecho insólito, tanto para nuestro país como para el mundo: la existencia permanente de diez socios del club que desinteresadamente y en forma gratuita cuidan los intereses del resto de los asociados, formando parte de la Comisión Directiva.

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